En el trabajo de Mies Van der Rohe, el muro cortina puede entenderse como un sistema de fachada compuesto de una subestructura metálica revestido de vidrio utilizada en proyectos como Lakeshore Drive (Chi-cago – 1949) o Seagram Building (Nueva York – 1954- 1958), y como un textil de terciopelo y seda instalado como una superficie curva, lineal y suave en el pabellón de Barcelona (1929) y en el Café Same & Seide en Berlín (1929).
Para nuestra instalación fusionamos ambos dispositivos de muro cortina y los exportamos al trópico como uno solo.
Hicimos que dos efectos del sistema se convirtieran en uno solo, al fusionar y unir el adentro y el afuera, difuminando e invirtiendo los límites, creando una extraña sensación de ambigüedad y de escala.
Para eso, creamos un textil de terciopelo impreso con imágenes seleccionadas de la naturaleza tropical como musgo, plantas, flores, cortezas de árboles y líquenes como una nueva construcción de sitio para el pasillo. Basamos nuestras composiciones en las paredes del pabellón de Mies en Barcelona y en la casa Tugendhat y las invertimos en su lógica material y funcional, lo que una vez fue mármol u ónice, aquí todas se convierten en vegetación tropical. Lo que antes era rígido y estaba hecho para permitir transparencia, control climático y precisión, en nuestra pieza se vuelve móvil, dinámico y poroso.
Creemos que dejar pasar el aire es una condición para definir los límites de la arquitectura y, por lo tanto, contrastamos las arquitecturas tropicales tan austeras como lo son con algunas de las arquitecturas de proyectos de Mies en construcción (Farnsworth House y Lakeshore Drive) para permitir que se tropicalicen como respuesta a una condición extraña que cuestiona la idea del contexto, el origen y el destino de los elementos y cánones de la arquitectura que enfatizan los elementos más primarios y básicos de la arquitectura.
Nuestra instalación crea 5 nichos para exhibir fotografías que describen la arquitectura y el paisaje de la región cafetera de Suroeste, ubicada a 100 km al suroeste de Medellín. Las fotografías que representan el paisaje y la atmósfera son tomadas por el artista colombiano Camilo Echavarría; mientras que las imágenes de nuestro proyecto Beneficiadero de café Farallones, arquitectura vernácula y beneficiaderos de café del siglo XIX fueron tomadas por el fotógrafo colombiano Camilo Echeverri.
Colombia, como muchos países tropicales, está atrapada en una definición limitada de su historia arquitectónica. Está atrapado entre la arquitectura colonial (ibérica), la arquitectura informal, el patrimonio arquitectónico moderno y ninguna herencia arquitectónica precolombina como en México o Perú. Esta situación hace que sea difícil para un arquitecto abandonar críticamente una historia interesante y una práctica derivada directamente de ella.
Por lo tanto, necesitamos definir la historia desde otra perspectiva, como una adaptación sistemática de los cánones, procesos y materiales interrumpidos debido a las condiciones climáticas y las técnicas disponibles, tan lejanas y distantes del original que con el tiempo evoluciona creando un orden propio de una manera arquitectónica imprecisa, distorsionándolo tanto que ya no es un original, ya sea relacionado directamente en la forma, y tal vez dejando que las palabras se conviertan en los únicos testigos de un original.
In the work by Mies Van der Rohe the curtain wall can be understood as a technical facade system of cladded glass on a metallic sub-structure used in projects as Lakeshore Drive (Chicago – 1949) or Seagram Building (New York – 1954-1958), and as a velvet and silk textile installed as a linear and soft curved surface at the Barcelona pavilion (1929) and at Cafe Same & Seide in Berlin (1929).
For our installation we merged both curtain wall devices and export them into the tropic as one.
We made two system effects become one by merging and putting together inside and outside, blurring and inverting the limits, creating an awkward sense of ambiguity and strangeness sense of scale.
For that we created a printed velvet textile with selected images of tropical nature as moss, plants, flowers, tree barks and lichens as a new site construct for the hallway, in order to making it become a place. We based our compositions on the walls of Mies´s Barcelona pavillion and Tugendhat house and inverted them in its material and functional logic, what once was marble or onyx here they all become tropical vegetation. What once was rigid and made to allow transparency, climatic control and precision, in our piece it becomes mobile, dynamic, and porous.
We believe letting air through is a condition to define architecture limits and therefore we contrast tropical architectures as austere as they are with some of Mies´s projects architectures under construction (Farnsworth house and Lakeshore Drive ) to let them be tropicalized as a response to a bizarre and alien condition questioning the idea of context, origin and destination of architecture elements and cannons emphasizing the most primary and basic elements of architecture.
Our installation creates 5 niches to exhibit photographs that describe the architecture and the landscape of the coffee growing region of Suroeste located 100 km southwest from Medellin. The photographs depicting the landscape and the atmosphere are taken by colombian artist Camilo Echavarría; while images of our project Farallones comunitary coffee wet mill, vernacular architecture and 19th century coffee wet mills are taken by Colombian photographer Camilo Echeverri.
Colombia as many tropical countries is trapped in a narrow definition of its architecture history. Is trapped between colonial (Iberic) architecture, informal architecture, modern architecture heritage, and none Pre-Columbian architecture heritage as in Mexico or Peru. This situation makes it difficult for a practitioner to critically depart engaging history and a practiced derived directly from it.
Therefore we need to define history from another perspective, as a systematic adaptation of interrupted canons, processes and materials due to weather conditions and available techniques, so faraway and distant from the original that with time it evolves creating an order of its own in an imprecise architectonic way, distorting it so much so that it is no longer an original, either related directly in form, and perhaps letting words alone become the only witnesses of an original.